lunes, 1 de octubre de 2012
Porque te vi, te deje entrar, cerré la puerta y te elegí. Porque esos 2 faroles pueden hacer que si estoy fané, las pequeñas cosas se bañen del brillo de esa ternura que transmitís cuando me mirás. Hoy puedo entender que te gusta el té, que odias el café, que no querés rosas. Que a pesar del vértigo no hay altura que impida que me saque el disfraz. Porque me es imposible de imaginar agonía más cruel, más aterradora que mi canto y tu danza alejándose; Uno arriba del tren y otro en la estación. En los momentos en que quiero escapar de mi propia piel, vos sos mi doctora; con mi panza y tu panza rozándose no hay poeta que no haga una canción. Tirando a matar, dándonos changüí, puro razonar, puro frenesí. Siempre fue así nuestra historia, que funcione o no, que esté bien o mal, vivirlo con vos para mi es la gloria. Sin escatimar, sin darnos de más, sin acelerar, sin tirar pa’ atrás. Siempre fue así nuestro asunto; le falta de acá, le sobra de allá, retocándolo, pero siempre juntos.
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